La obra de Charlie White es cercana al trabajo de Patricia Piccinini, dado el interés por los seres de piel humana, así como próxima también a las construcciones míticas de Matthew Barney o incluso a algunas esculturas de Tip Toland.
Fotografo, White nos trae hoy una serie de imagenes que pueden igualmente relacionarse con la noción freudiana de Unheimlich, mezcla entre lo siniestro, lo familiar y definido en español a veces como lo inquietante.
Un manejo técnico sorprendente puede sugerir en el espectador al mismo tiempo frente a las imágenes un deseo de fuga. Atrayente y repelente, el artista no cae en el escándalo o en la ilegalidad, sino más bien en una estética personal con la que, a partir de una construcción visual coherente, canaliza fuerzas inconscientes a veces mórbidas y demoniacas.
En algunas series el fotógrafo apela a la especialización visual de las producciones de ciencia ficción y a las tecnologías virtuales de imágenes tridimensionales para generar una dimensión nueva en la fotografía contemporánea.
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