miércoles, 1 de abril de 2009

Alice Cooper contra Joseph Beuys


El arte de una cultura se vuelve prospero cuando los artistas inscritos en lo social se hacen conscientes de que la actividad creativa en todos los tiempos humanos es ligada a formas arcaicas de bienestar psíquico. Es por ello que los orígenes del arte se encuentran en el juego y el desenlace de esta apuesta es la duración en el tiempo.

Este interés por la relación entre arte y bienestar junto a una aproximación histórica de los fenómenos estéticos hoy permite examinar a fondo la crisis del arte contemporáneo, su empobrecimiento vinculado a la enseñanza artística universitaria. Entonces aparece allí aquella cuestión incomoda: en las academias el arte, durante el siglo XX ¿Bajo que circunstancias y por qué razones se buscó vincular el arte a los conflictos de clase? Una bomba teórica se consolida cuando numerosos académicos sostienen hoy este vínculo con un régimen a todas luces religioso, cuya fe reside en considerar que el arte conceptual contemporáneo cobija una pluralidad que en realidad es sectaria y falsa.

En ese sentido hemos sido demasiado laxos los diseñadores, los dibujantes, los pintores y escultores al no ir dando pistas para generar nuevas teorías sobre nuestras actividades y producciones artísticas. Es una tarea que debemos comenzar a abordar. Sino lo hacemos seguirá ocurriendo que la gran mayoría de supuestos pensadores sobre las prácticas artísticas “contemporáneas” continuaran convirtiendo la labor reflexiva en trincheras para hacer campañas generadoras de ideas acomodaticias, con el fin de validar la nada como trabajo artístico. Sobre este problema, la crítica de arte mexicana Avelina Lesper escribe un interesante artículo (aquí).

Pienso que para generar un nuevo aire en la teoría del arte actual una pista que los creadores de imágenes podemos seguir es dejar a la aristocracia conceptualista hablando sola. Es claro que los pintores, los dibujantes, los escultores que trabajamos creando imágenes somos más cercanos a las artes populares en todas sus formas y a la reflexión sobre estas. En ese sentido, sabemos que no necesitamos del Pop Art para que el arte popular exista en un grado de refinamiento autónomo.

Y la verdad las nuevas generaciones de artistas deberíamos asumir definitivamente que somos más cercanos a músicos como Eddie Van Halen o a John Frusciante que a John Cage. ¡En realidad somos más próximos a las producciones de los diseñadores anónimos de juegos de video que a las instalaciones de Nam June Paik!.

Lo que pasa es que, como de costumbre, asistimos a un canflicto generacional.
Me explico, la verdad es difícil hablar sobre arte con personas que adoran a Joseph Beuys pero que parecen tener tan solo una vaguísima idea de quién es Alice Cooper o Courtney Love.

Pero los ejemplos no solo están en la música, también en la gráfica, o en el diseño. De seguro lo que en el futuro será considerado como arte de esta época son los diseños de las lavadoras, no las obras sin sentido que pasan sin pena ni gloria por las bienales actuales.

Evidentemente no hablo aquí de valorar la producción de sentido artístico en su variante de embrutecimiento cultural correspondiente a los productos ligados a la chabacanería y a la vulgaridad, cuyo ejemplo más excelso son los canales de televisión colombianos y peruanos (y sus presentadores adoradores de la cultura de Miami). A lo que me refiero es que todo joven artista coherente con su tiempo sabe que existe una enorme diferencia entre la genialidad de un bajista como Les Claypool y la estupidez de los músicos de reggaeton.

Por todas estas razones, anuncio que en el futuro cuando sea amo y señor de algún museo de arte contemporáneo, lo que voy a privilegiar son las producciones serias, no lo que actualmente los curadores de turno muestran en bienales y demás eventos de abuelitas es decir supuestamente obras “reflexivas” y "crîticas".

Creo que daré cabida sobretodo a una alta elaboración mental y artesanal en las producciones artísticas, un ejemplo son los comics. Obviamente lo interesante de todo esto son los trabajos en ese genero y no las obras de “Pop art” ya que este último movimiento esta basado aún en un concepto aristocrático del arte, donde resulta que Roy Lichtenstein es considerado el gran “artista” y a los miles de dibujantes de novelas gráficas (un millón de veces mas creativos que él) no se les permite aún ese titulo a igual nivel. (A no ser que se instrumentalice la noción de comic como arte para validar subproductos ajenos a ese problema como también ocurre.)

A propósito de Van Halen, Punio nos comenta que encontró un excelente documental sobre el Heavy metal realizado por un antropólogo. Es completamente recomendado, tiene varios episodios sobretodo la parte de la relación entre el metal y la religiosidad es muy interesante. Aquî un fragmento:




Link a la totalidad de partes de este documental.

8 comentarios:

Javier Moreno dijo...

¿Cuál es "la estupidez de los músicos del Reggaeton"?

Difícil despreciar de plano un género musical tan popular y amplio. ¿No es usted el mismo que decía en un podcast que los artistas deben prestarle atención al mercado? Los tipos de Calle 13, por ejemplo, son bastante sofisticados. Mezclan ritmos, juegan con letras, se burlan y critican la cultura que los crea. Son bastante interesantes, a decir verdad. Para nada estúpidos.

En esa frase peca usted de la misma pedantería ignorante que le endilga a los conceptualistas. Queda como otro elitista más.

dijo...

Puede que haya reggaeton que salga del elogio a las posaderas, a la grasa y al machismo pero no debe ser mucho. La estupidez a la que hago referencia es a la que corresponde al embrutecimiento cultural o síndrome de Miami (Ver cerveza Aguila y al canal RCN en el caso colombiano).

Pero si, habría que escuchar más reggaeton para hacerse una idea de los subgéneros de este movimiento aunque en realidad nunca lo he entendido como algo realmente autentico, para mi es una mezcla de hip-hop con tropicalísimo latino, programas baratos para hacer música por computador y letras vulgares.

Claro está; estoy de acuerdo con que el trabajo artístico es una actividad profesional debe ser retribuido comercialmente y hacer parte de los productos del mercado, pero creo que debe existir un mínimo de ética en las producciones que uno desea lanzar para el consumo.

En ese sentido no hay nada de malo en ser vulgar pero cuando la vulgaridad es el filón que se explota instrumentalizando las bajas pasiones de sociedades iletradas e ignorantes y con altísimos índices de violencia me parece rechazable. En todo caso, falta más educación en los países de habla hispana para generar propuestas musicales con otro tipo de contenidos que permitan un mayor enriquecimiento para la sociedad en general.

Anxo Varela dijo...

Totalmente de acuerdo. Precisamente hoy había escrito esto:

Resumiendo, creo que no es posible la discusión entre Rubén y yo, o generalizando, entre la crítica oficialista y la crítica hartista. Porque ambas posturas suponen un escenario diferente. Para poder entrar a discutir con el otro bando, el Hartismo debe aceptar que el conceptualismo es arte. Y precisamente ahí está la mayor diferencia. Porque nuestras categorías son diferentes. Ambas posturas explican la totalidad del arco artístico, desde las pinturas de Altamira hasta las últimas instalaciones en el CGAC, por ejemplo. Pero mientras para el hartismo existe arte e impostura y define dónde está cada una, para la postura oficial existe arte bueno y malo y también define dónde está cada uno. Las categorías son absolutamente distintas, y los criterios, baremos, etc. Pero sobre todo, para entrar en el debate con Rubén o en general la crítica oficialista, hay que aceptar de antemano que el conceptualismo es válido como arte. Y precisamente ahí está la mayor diferencia. Diferencia mayor incluso que la aceptación o rechazo del relativismo.

El discurso de la crítica oficial (o teoría del arte oficial) está bastante bien establecido, formulado y estructurado, y tiene hasta sus textos canónicos bien marcados. Lleva existiendo desde hace más de 30 años como un corpus, un todo coherente y tuvo hasta ahora la gran ventaja de la unicidad en las opiniones y se considera infalible.

Nuestro discurso lleva existiendo apenas desde el año 93-95, cuando aparecieron nuestras primeras revistas en la Facultad de Pontevedra, que ya esbozaban alguna de nuestras teorías. La aparición, pocos años después del Stuckism, desarrolló -independientemente o con nuestra influencia, no lo sabemos- todos estos temas teóricos. Ahora estamos empezando a dar forma a un corpus, que haga de estas ideas dispersas pero coincidentes una teoría estructurada, bien formulada y con sus textos canónicos. Los manifiestos stuckista y hartista son sólo un primer paso, pero el trabajo está en curso.

Es decir, en cuanto a su aparición, los primeros textos que incluyen el conceptualismo en el arte y los primeros que lo excluyen puede que sean simultáneos, cuando el fenómeno apareció. Pero la teoría oficialista y la hartista son de épocas diferentes. La primera tiene al menos 30 años de historia, la otra poco más de una década.


Aquí está el enlace con el texto completo:
https://www.blogger.com/comment.g?blogID=4705246357956886405&postID=3433402876914561091&isPopup=true&pli=1

Creo que sí se trata bastante de un relevo generacional. De hecho el sentido de los "movimientos artísticos" es, en gran parte, cuestionarse y derrumbar los excesos de los movimientos anteriores. Creo que en el fondo, pese al ruido y la apariencia de diversidad que el arte neovanguardista ha exhibido en estos últimos 50 años, se trata en realidad del mismo movimiento, lo cual me parece mucho más asumible desde el punto de vista de una renovación. Una renovación como la que se supone hicieron los de la "pintura-pintura" de los 80 no es tal, porque tomaba como movimiento previo y contra el que se luchaba, tan sólo la última encarnación -de unos pocos años antes- del minimalismo. Pero minimalismo, povera, conceptual, etc, son en realidad la misma neovanguardia, que si nos ponemos estrictos empieza con el expresionismo abstracto allá por los años 50: una "vuelta al (des)orden" tras el auge inesperado de la pintura figurativa desde los Kitchen Sink School, la Escuela de Londres o incluso el pop inglés, la escuela de Madrid, etc, que desembocó en un auténtico movimiento artístico espontáneo internacional occidental, el llamado realismo social (que no es lo mismo que el realismo socialista, por más que se empeñen algunos en confundir intencionadamente las cosas). La aparición de los expresionistas abstractos, el pop americano y todo lo que vino después tienen todo el aspecto de una toma de control sobre el arte por parte de los poderes económicos del gran Capital, viendo que se desviaba de sus intereses. No me parece casual que el informalismo europeo fuera apoyado, por ejemplo, por el gobierno del dictador español, Francisco Franco.

A partir de los 50 empieza una "doma y castración" (domesticación) de la pintura, que aún continúa ahora, pese a que se empiezan a vislumbrar síntomas de verdadera liberación, tímidos todavía.

He comentado esta visión del arte desde los 50 con algún historiador y no lo consideran en absoluto incorrecto a grandes rasgos, aunque evidentemente sería muy positivo escribir esto de forma ordenada y bien documentada. Autores como Jean Clair (autor de "La responsabilidad del artista") han expresado alguna vez que sería conveniente revisar y quizá reescribir la historia del arte del siglo XX. Cosa, que por otra parte no debería escandalizar a nadie, es una práctica usual en cuanto a la historia, la revisión de las visiones que se dan sobre épocas más o menos recientes. La investigación histórica creo que es un hábito propio de las disciplinas que funcionan de un modo saneado.

Juanma Moreno dijo...

Sobre revisiones del arte del S. XX ando enfrascado justo ahora. Estoy elaborando (un proyecto todavía) pictórico que va por ahí. Pero por ahora el proceso es lento y aún ando haciendo bocetos, y acabando otros proyectos. Igual de aquí a unos cuantos meses tengo algo para subir al blog.

dijo...

Si Anxo y JuanMa muy importante esto de la revisiôn historica, sobretodo debemos comenzar a relativisar finalmente la importancia del arte conceptual para la creacion artîstica contemporanea.

Estaba leyendo parte del debate en el blog Artellando, creo que hay que seguir buscando los consensos y los puntos de cruce de esta nueva visión del trabajo artístico que estamos generando, hay cada vez más gente que descubre y aborrece la impostura, precisamente porque no permite valorar a la gente que si está trabajando seriamente.

Los blogs sobre conceptualismo (por citar algunos “Brumania”, “Arte Nuevo”, “A-desk”, “Jose Luis Brea” etc) se resisten a que se les llame neoconceptuales precisamente porque saben que si se difunde ese rotulo queda claro que su visión no corresponde a la totalidad de la creación artística sino a una forma o escuela entre muchas y por lo tanto no representar sino una sola parte de la actualidad en el arte contemporáneo.

Evidentemente en esa representabilidad que tienen hay que preguntarse si de lo que hablan es sobre arte, en general creo que no.

Nada mas es leer ese tipo de blogs, para entrar de lleno en las jerigonzas, en los sobreentendidos tácitos con los que se manipula desde las academias; el discurso conceptual se ha difundido tanto en los ámbitos de la enseñanza, que el lavado cerebrar ni siquiera ya es explicito, pasa por sobreentendidos, por elementos tácitos a los que se debe obedecer y que se van colando al pensamiento sobre la cultura.

Estos sobreentendidos que saltan y son evidentes para nosotros al leer cualquier texto neoconceptualista los encuentro casi siempre nocivos y perjudiciales para la creación de un pensamiento autónomo.

Muchas personalidades que escriben sobre arte contemporáneo en la red siguen con la idea de generar una producción masiva de textos apabullantes con los cuales se alecciona dando a entender que la mierda es arte y que los discursos que alaban la mierda son arte. Ya no más de esto, que hablen los pintores, los dibujantes la gente que está trabajando por hacer con el arte y con la experiencia artística un mundo mejor para todos.

Esta muy bien esto del Hartismo, los textos de Avelina Lesper, todos las nuevas personas que comienzan a congregarse en torno a estos nuevos movimientos civiles, es la verdadera vanguardia.

Y toco. Toco hacer vanguardia porque qué màs hacemos?

Rubén dijo...

Si las nuevas generaciones del arte tienen como referente en lo musical a horteradas como Van Halen, Alice Cooper, Courtney Love, o Red Hot Chili Peppers, apaga y vámonos.

Joder, háblame de músicos de verdad, de los Stones, de Bob Dylan, de la Velvet, de Bowie...

Tanta coherencia es sorprendente, la verdad.

P.D. claro que el reggaeton es estúpido; es en realidad una puta mierda, en cualquiera de sus versiones o variantes. Es el MAL.

Un saludo.

dijo...

Bueno pues si Rubén tal vez hizo falta nombrar a estos clásicos, pero es que hay demasiados y puse los que en el momento se me vinieron a la cabeza. En estos días estoy comenzando a revaluar (por aquello de las revisiones históricas) el interés generacional que puede llegar a tener Alice Cooper y sus exageradas y melodramáticas puestas en escena. En algunos apartes del documental sobre Heavy metal habla este hombre y me ha parecido gracioso. Sobre E. Van Halen no hay que olvidar que es un músico de una gran técnica con riffs que han dejado huella.
El valor de su trabajo fue sin embargo puesto en segundo plano por la eclosión de movimientos musicales que surgieron en los noventa. Pero creo que vale la pena retomarlo.

Luis Colucci dijo...

Van Halen es muy bueno técnicamente. No pienso lo mismo de él en cuanto a la creatividad, el manejo formal, o la profundidad estética.
Robert Fripp, desde ya, está en otro plano.
Qué tal Pink Floyd? Y The Beatles?
El único fenómeno actual verdaderamente masivo que llama mi atención es Radiohead.
Si alguien conoce algún tipo de raeggetón de calidad y que no sea homófobo y machista, por favor, que me lo presente, porque lo desconozco. "...es...una puta mierda", jeje, suscribo a la opinión y, de paso, me encanta la expresión. Veo que hace estragos por todos lados.
Saludos.