domingo, 12 de junio de 2011

Las dos Colombias



Todo el trabajo de cientos de personas en estos días en la Fórmula 1 y hoy resulta que por la lluvia !se canceló la carrera principal!.

Bueno, de todas formas los voluntarios continuamos ayer y hoy en el trabajo de ocuparnos de la basura y del reciclaje, cambiando y transportando las bolsas de todas las canecas desplegadas en el sitio del evento.

Los voluntarios tenemos instrucciones claras para el desplazamiento continuo en que revisamos y cambiamos las bolsas de las canecas. En esta labor algo importante es que se pueden ahorrar bolsas de la basura si se recurre a un método de vaciar unas bolsas en otras. Se trata de un procedimiento simple y como es engorroso explicarlo en sus detalles, basta decir que requiere un poco de paciencia para hacerlo bien.

Y allí viene el conflicto entre las dos Colombias.

Desde atrás veo junto a una caneca a la primera Colombia. Aquella que, entendiendo que ahorrar bolsas es de sentido común en un trabajo ecológico como este, hace el procedimiento - que es algo dispendioso - tal como se lo han explicado. Es decir, esta Colombia intenta hacer las cosas bien.

Pero, de repente, aparece en escena la otra Colombia. Esta, al ver a la primera haciendo algo demasiado largo y complicado para su gusto, decide meter la mano para forzar el proceso. Su manera de pensar es bastante primitiva: lo mismo se puede hacer de una forma mucho más fácil y chambona, en la que importa un comino terminar botando cada vez más bolsas con tal de salir rápido del problema.

Se da entonces un forcejeo de manos en el cual la Colombia chambona y facilista quiere hacer partícipe a la Colombia civilizada de su comodidad y viveza. La Colombia civilizada neutra y sin decir palabra se resiste a esa intromisión en su caneca. Forcejea en la dirección de seguir haciendo el procedimiento como debe ser.

Esto último desconcierta en algo a la Colombia chambona. En realidad no lo esperaba (generalmente estaba acostumbrada a encontrar complicidad en su proceder o al menos una sonrisa por parte de la Colombia civilizada).

Finalmente, luego de este trago amargo, las dos Colombias se alejan la una de la otra. Desde atrás las veo retirarse cada una para un lado distinto. El abismo entre ambas Colombias parece día a día más grande e infranqueable. Al final de los tiempos, en medio de la basura, tal vez alguna gane la guerra.


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Imágenes de archivo del trabajo

1 comentario:

dijo...

La carrera no se canceló, solo se postergó para dos horas después cuando pasó la lluvia... cuando ya había salido del trabajo.